Foto de Melissa Ballesteros Mejía
Profesión
Diseño Industrial
Gracias al reconocimiento de la investigación-creación como posibilidad para la generación de nuevo conocimiento en las áreas creativas se han planteado el cuestionamiento sobre cómo definir las estructuras metodológicas de este abordaje de investigación

En los últimos años, gracias al reconocimiento de la investigación-creación como posibilidad para la generación de nuevo conocimiento en las áreas creativas, las instituciones académicas y gubernamentales se han planteado el cuestionamiento sobre cómo definir las estructuras metodológicas de este abordaje de investigación, pues, a pesar que la definición de este concepto ha propiciado escritos de gran aporte a las reflexiones sobre las maneras de producir conocimiento en estas áreas, aún prevalecen las dudas sobre su diferenciación con la utilización del método científico como estrategia para enfrentar la investigación.

El abordaje metodológico pareciera entonces ser el paso siguiente para continuar en las reflexiones sobre cómo es posible aproximarse al concepto de investigación desde el quehacer profesional del diseño. En esta línea, Findeli, Brouillet, Martin, Moineau y Tarrago en 2008, plantearon dificultades en el reconocimiento de la investigación en esta área, al advertir precauciones con los procedimientos metodológicos, para evitar que se interpretara cualquier proceso relacionado con el diseño como investigación. Al respecto, el Marco de Excelencia de Investigación del Reino Unido (RAE por sus siglas en inglés hasta 2008, hoy REF) señalaba que la práctica por sí sola no puede ser considerada como investigación, pues la acción de investigar exige por definición un aporte o contribución en el avance del conocimiento, y en esa medida, los procesos creativos presentan dificultades en aclarar tanto desde su justificación como desde su aproximación metodológica las maneras en que se genera nuevo conocimiento. Es por eso que, se produjeron iniciativas como las expresadas en los libros de los autores López-Cano y San Cristóbal (2014) o Collins (2010), que buscaron hacer evidente una suerte de métodos de investigación específicos para producir conocimiento en las áreas creativas. Sin embargo, estos abordajes muestran así mismo que, las áreas creativas, se encuentran muy influenciadas por lógicas metodológicas de investigación tradicional, principalmente de las ciencias sociales, cuestionando la claridad de los procesos creativos cómo paradigmas metodológicos.

Adicional a esto, se suma el hecho que, el lenguaje escrito ha sido la base para dar forma a la estructuración de procedimientos técnicos investigativos de las disciplinas. Estos marcos regulatorios sobre las actividades de investigación han producido debates constantes en torno a si las normas responden o no a las condiciones reales de la práctica. Sin embargo, a pesar de las críticas a los estándares de investigación, a los procesos de evaluación y a la comunicación de los resultados, estos, prácticamente no han cambiado en las últimas dos décadas, permitiendo que las normas de investigación tradicionales dominen el escenario de investigación incluso en las áreas creativas.

En esta ocasión, el número 2, Volúmen 7 de la Revista Designia presenta un abanico de interpretaciones sobre la metodología de la investigación y la investigación-creación en el área de diseño, tanto desde una visión académica a nivel de pregrado y posgrado, como desde los ámbitos investigativos profesionales de la disciplina. Estos escritos, buscan exponer cómo han permeado hasta el momento las discusiones sobre la generación de nuevo conocimiento en áreas creativas, invitando a reflexionar sobre tres aspectos: el entendimiento del contexto como punto de partida en los procesos de investigación en el área del diseño, lo cual se conecta directamente con el segundo aspecto, el cual está relacionado con la prevalencia aún evidente de estructuras tradicionales de investigación para abordar los problemas de la disciplina, y por último, la reflexión sobre las implicaciones éticas de tomar como consigna metodológica los modelos de co- creación. En esta compilación por supuesto, no se busca establecer estándares para las aproximaciones metodológicas en esta disciplina, pues como será evidente, es clara la individualidad de los acercamientos. Por el contrario, lo que busca esta recopilación, es detonar las reflexiones alrededor de estas perspectivas, para profundizar y debatir la estructuración de estos procesos.

Como primera medida, se abordará el hecho que, si algo plantean los acercamientos aquí recogidos, es la importancia que toma el entendimiento del escenario de transferencia (individuos, comunidades o instituciones) como punto de origen de las investigaciones. Caracterizar el contexto en donde el conocimiento producido tendrá arraigo y cobrará sentido, se convierte en un elemento fundamental a la hora de estructurar procesos metodológicos en esta área. Razón por la cual, encontrará en los artículos, la recurrencia de conocimiento situado desde la aproximación del “estudio de caso”, pues esta, permite reconocer las características de la situación actual en la que se encuentra el grupo social con el que se piensa trabajar, y así, asegurar la compatibilidad del resultado con quiénes recibirán el conocimiento. Entonces, debido a que esta información situada ayuda a que los procesos creativos cuenten con argumentaciones contextuales válidas que le permita reconocerla como investigación, existe en las descripciones metodológicas, una importante utilización de métodos de recolección de información tradicional (entrevista, encuesta, grupos focales, etc). Ahora bien, aunque es indiscutible que, estos métodos estandarizados en otras disciplinas permiten obtener información científica, económica, social o cultural del contexto, reportar información sobre la exploración del lenguaje sensible que convoca la disciplina pareciera aún estar en proceso de estructuración, planteando la pregunta sobre ¿cuáles son o deberían ser los cuestionamientos y preocupaciones metodológicas que le son propias al área y su relación con las demás disciplinas?

En este número encontrará interesantes iniciativas que han comenzado a darle reconocimiento a las expresiones estéticas (dibujos, sistemas de colores percibidos, construcción de códigos, performances, etc.) como experiencias de conocimiento, utilizando técnicas más cercanas a lo correspondiente al proceso de diseño (paneles visuales, análisis de pictogramas, mapeos digitales, video síntesis, diseño de escenarios, experimentaciones sobre la materia), con el objetivo, ojalá, de apartarse de la instrumentalización de los procesos creativos en la investigación tradicional, para explorarlos desde su potencialidad sistemática y rigurosa. Sin embargo, como se encuentran mayoritariamente descripciones metodológicas de investigaciones de tipo “sobre la creación”, y no tanto así procesos de investigación-creación, se extrañan las aproximaciones más allá de las opiniones o interpretaciones sobre un hecho “creativo”, para comprender las acciones que permiten la proposición de artefactos plástico/sensoriales que cambien las relaciones del ser humano con su entorno (Ballesteros y Beltrán, 2018). Y así, permitirle a la investigación en diseño definir sus acercamientos investigativos más allá del paradigma metodológico de corte cualitativo, y evitar su subordinación a las estructuras de recolección y análisis de datos desde otras disciplinas como la antropología, la historia, la sociología o la psicología.

En esa medida, aunque la comprensión del contexto se vuelve fundamental para encontrar aspectos de “usabilidad y deseabilidad” que permitan "dar sentido a través de la forma", aún falta recorrido en la estructuración o quizás en la evidenciación de los procedimientos que ejecuta el creador para hacer una elección consciente de elementos formales con los que las comunidades puedan interactuar. Pues, es en esta exploración de los lenguajes estéticos; no desde su comprensión, sino desde los procesos para desarrollar nuevas combinaciones; lo que dará cuenta de los comportamientos artísticos y las técnicas de investigación específicas en las que se entrena el diseñador, para desarrollar gestos estéticos alternativos que coincidan con un contexto específico. Entonces, en esa ineficiencia de las descripciones o explicaciones verbales para expresar el proceso de exploración estética, ¿cuáles serían las maneras para dar cuenta de la red de conexiones que se establecen en un proceso creativo, y que son difíciles de mencionar o expresar en discursos?

Con esta reflexión, no se espera en ningún sentido abolir los procedimientos tradicionales de investigación dentro de los procesos creativos, ni evitar la definición de aspectos metodológicos para la creación, argumentando que en su diversidad se hace imposible su estructura, por el contrario, lo que se plantea, es el encuentro de patrones existentes en las maneras de proceder del diseño, como una estrategia para definir la realidad desde la práctica creativa como sistema metodológico, de manera que le permita al creador incorporar adecuadamente la información contextual en el proceso creativo, pero sin perder sus características sensibles y la exploración sobre los lenguajes estéticos.

Por último, para efectos de la reflexión aquí planteada, se desea dirigir su atención sobre los casos en los que se toma como consigna metodológica el modelo de “co-creación o co-diseño” que, en búsqueda de defender la relevancia y compromiso social que tiene la disciplina con la sociedad, parecieran dejar un poco de lado la reflexión sobre las consideraciones éticas y de responsabilidad con el entorno de intervención, específicamente en lo relacionado con los principios de autonomía y justicia y la atención sobre los riesgos asociados a la investigación (explotación de la propiedad intelectual, obtención de información privada, entre otros), que aunque en proceso de discusión, también invita a la búsqueda de estrategias comunes que permitan el entendimiento de los procedimientos metodológicos en las investigaciones de todas las disciplinas desde un enfoque respetuoso tanto con los intereses de conocimiento del investigador, como con las necesidades de las comunidades y el medio ambiente. En esa medida, la aclaración del concepto de “laboratorio o taller creativo” toma relevancia en las descripciones metodológicas de las investigaciones en diseño, al convertirse en el escenario para comprobar y ejecutar los procesos de iteración de la investigación. Es por eso que, los procesos de investigación enfocados en la transformación social, deben trascender la descripción del proceso de desarrollo de la empatía en el investigador, para esclarecer la caracterización del grupo social con el que trabaja, los criterios para su escogencia, y el rol que juega el diseñador en estos procesos, pues se encuentra experimentando, con la incertidumbre de las situaciones emergentes, sobre las condiciones perceptivas de seres vivos y sus interpretaciones sociales, con el objetivo de producir nuevas respuestas formales, que definitivamente modificarán sus relaciones tanto con otros individuos, como con el entorno que lo rodea.

Me permito finalizar la invitación a la lectura de los artículos aquí recogidos, con dos preguntas que espero se conviertan en detonadoras de mayores reflexiones sobre sus propios acercamientos. Esto, con el objetivo de seguir avanzando hacia el reconocimiento de las maneras de proceder del diseño en la generación de nuevo conocimiento y dar sustento al debate iniciado ya hace cinco años. ¿Será posible, expresar la experiencia del conocimiento en el proceso de diseño valiéndose de estrategias diferentes a las desarrolladas ya en otras disciplinas, sin que esto cuestione su validez y rigurosidad? ¿será necesario diferenciar tan claramente las aproximaciones metodológicas de las disciplinas en una época que reclama acercamientos desde la transdisciplinariedad?... que sean los artículos aquí reunidos y sus propias reflexiones lo que nos permita la construcción de caminos futuros sobre cómo enfrentar la investigación en esta área.